Ciento setenta y cinco años en el futuro, la raza humana ha alcanzado las estrellas. Las antiguas naciones se han agrupado en grandes bloques federales internacionales, y se han repartido los sistemas estelares que han demostrado ser adecuados para la vida humana. La medicina más avanzada hace posible la prolongación de la vida y, en combinación con la más alta y costosa tecnología, la práctica inmortalidad corpórea. También permite caprichos como el deporte extremo de contacto más de moda: Aristeia!, un circuito de duelos y combates armados de alto nivel, donde la muerte es una posibilidad más que real.